De la misma serie que la rejilla de piedra junto al terreno, tenemos esta preciosa valla con postes de piedra de cuarzo (para 2.5m de altura, considerar una sección mínima de 20x10cm) y lamas de madera machihembrada.
Como siempre, hay que empotrar los montantes en una base de hormigón apropiada (recordad que mejor si la armamos mínimamente). En la foto podemos ver la huella de este dado de hormigón (si el pavimento de acabado asfalto cubriera este dado la solución sería más limpia ¿no creéis?).
En algún momento veremos algunos pavimentos continuos para exteriores y cómo resolver el problema que surge cuando hay que picarlos para introducir servicios y similar ¿qué hacer con esos feos parches?
Las lamas se disponen equidistantes y el rebaje en el montante de piedra para recibirlas no llega a perforar la mitad de su sección, para evitar que ésta se debilite.
Como veis, se combinan dos modelos de lamas, con secciones y acabados distintos (20x5cm – 5x5cm). Interesante combinación de colores y tamaños que producirán sombras variadas.
En realidad unos angulares de acero inoxidable sostienen las lamas de sección cuadrada que parecían flotar en la imagen anterior. Sobre este mismo angular, taladrado al poste vertical de piedra, apoyan también las lamas de madera más largas.
Me apena un poco este detalle. La necesidad de incorporar un tercer elemento de acero, tan frío en relación a la piedra y la madera… pero en realidad, algo habrá que poner para que nadie se lleve la lama de madera ¿verdad?
En cualquier caso, es un interesante sistema para resolver una valla. Con algunas variaciones se podrían obtener resultados muy buenos. ¿Qué tal si el montante fuera de madera también?